Después de un año de mandato de Ma-Ying-jeou, las relaciones entre Beijing y Taipei han notado una gran mejoría. El acercamiento entre ambas se ha notado en términos políticos y, sobre todo, económicos (“Strait deals” de The Economist). El hecho de que se hayan triplicado los vuelos semanales es un claro reflejo de este periodo de calma y de mejora de las relaciones comerciales. A Beijing también le ha servido para ofrecer una imagen internacional acorde a su discurso de potencia emergente pacífica.
Por otro lado, Beijing sigue apostando por la reunificación y Taiwán reitera la diferencia de sistemas políticos como inconveniente para que esto se lleve a cabo. La democracia puede condicionar la posible reunificación a pesar de la dependencia económica de ambos.
Estas son algunas de las interesantes ideas que podemos encontrar en el artículo de Xulio Ríos que recomendamos: “La tercera cooperación entre el KMT y el PCCh: bondades y límites".
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